viernes, 24 de febrero de 2017

Un carnaval distinto

Como todos los años en el colegio los niños, mis compañeros/as y yo nos disponíamos ha hablar sobre la temática de los carnavales y de los disfraces de ese año.

Tras una larga reunión y varios debates decidimos que este año la temática sería de cuentos Disney, todos los niños estaban ilusionados por vestirse de sus personajes favoritos,durante el reparto todos estaban encantados con los personajes que les habían tocado menos Dani cuando le pregunté él con voz llorosa me dijo que no quería vestirse de príncipe, sino que él quería vestirse de Cenicienta, puesto que me explico que era su princesa favorita y que no lo hacia por miedo a que sus compañeros se metieran con él como ya habían hecho en ocasiones anteriores.

Tras la conversación con el pequeño decidí reunirme con mis compañeros y comentarle lo que el pequeño de tan solo siete años me había contado, tras una larga charla mis compañeros y yo decidimos que no era justo que porque un niño quisiera ir de princesa y romper con los estereotipos este año nos disfrazaríamos de personajes Disney pero apoyando a la igualdad, tras llegar a esta conclusión mi compañero Alejandro y yo decidimos que sería buena idea que los niños se vistieran de personajes femeninos y las niñas de personajes masculinos.El resto de los compañeros estuvieron de acuerdo, la peor parte fue cuando le comenté nuestra idea al director, al principio no se lo tomo muy bien puesto que decía que íbamos a ser el hazme reír de la ciudad, tras varias horas discutiendo sobre esto le conté lo que el pequeño Mario me había contado de que sus compañeros se metían y le pegaban por jugar y gustarle las princesas.

Al día siguiente el director convocó una reunión con los padres del colegio, cuando les propuso la idea del ¨carnaval para la igualdad¨ muchos padres, por no decir la mayoría reaccionaron de forma negativa y se pusieron muy cabreados, diciendo que sus hijos no se vestirían de princesas porque serían el hazme reír, entonces fue cuando el director hizo entrar en la sala al pequeño Dani y le pidió que le contara a los padres de sus compañeros lo que sus hijos/as le hacían, tras esto la Asociación de Padres y Madres decidió dar el visto bueno a la idea y así poner en marcha la campaña contra el acoso escolar y defender al pequeño Dani y al resto de niños y niñas que lo sufrían.

Cuando llegó la hora del nuevo reparto de disfraces un compañero de Dani se tuvo que vestir de cenicienta y Carlos, otro pequeño de mis alumnos se río de él y entre carcajadas le dijo ¨Ahora eres como Dani, un mariquita.¨ Entonces yo muy enfadada cogí y le hice a todos los niños del aula que se pusieran los trajes de princesa, una vez lo hicieron llame a los niños del curso superior y les pedí que se rieran de todos los que se reían de Dani, entonces ellos se pusieron a llorar y les pregunté que si les gustaba lo que los demás le hacían todos me respondieron que no entonces yo les deje que pensaran en lo que ellos le hacían a Dani.
Tras esto todos les pidieron perdón al pequeño y desde ese día aceptaron que todos somos iguales nos guste una cosa u otra.

Y por fin llego el día del pasacalles, nunca había visto a los niños vestido de princesas y a las niñas vestidas de príncipes y villanos gritando por la calle ¨¡Un carnaval por la igualdad!¨ en ese momento los demás colegios de la ciudad nos dieron la enhorabuena por haber conseguido crear una campaña como esta y así fue como me sentí orgullosa de que mi colegio y los niños lucharan contra el acoso escolar y sobretodo de que el pequeño Dani ya no lo sufría y sus compañeros lo veían como uno más.

1 comentario:

  1. Hola Lupe.
    Me gusta mucho el enfoque que le has dado a tu historia de carnaval. Pienso que hay que crear más historias que fomenten la igualdad entre ambos sexos para que por fin nuestra sociedad se convierta en un lugar más justo y libre.

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